Hace unos días fue el día de la madre y me hizo especial ilusión porque para mi fue el primero.
Para los que no me conocéis os contaré un pequeño secreto,siempre tuve fobia a la maternidad.
Yo era de esas mujeres que no entienden lo del reloj biológico, de las que miran con escepticismo a las mamas coraje, de las que creían que ser madre no era la panacea de la vida.
Me alegra enormemente confesar que me equivocaba.
Me alegra enormemente confesar que me equivocaba.
La verdad llegue a pensar que en lugar de tener hijos iba a tener una enfermedad terminal que acabaría de un plumazo con mi independencia, mis proyectos y mi matrimonio.
Con el tiempo y debido a mis aficiones descubrí algunos blogs de los que soy fan incondicional donde un montón de mujeres habían encontrado su camino a través de la maternidad. Madres que disfrutan al máximo cada instante con sus hijos, que preparan tartas caseras, fiestas de cumpleaños increíbles y actividades geniales para realizar con sus peques. Madres que trabajan que dedican tiempo a sus parejas ,madres que se lo curran que son creativas y por encima de todo son mujeres completas y felices. Yo las llamo las supermamas, y me hicieron ver que la maternidad no tenia porque ser algo terrorífico que acaba con tu personalidad.
Y hoy puedo decir orgullosa que soy madre de una niña preciosa llamada Sara, y que ser madre es una experiencia maravillosa que se debe vivir en primera persona.
La maternidad ha sacado lo mejor de mi, y me ha hecho entender que no es un lastre por el que hay que pasar sino una de las mejores etapas de la vida de una persona.
Mi pequeña bolita ha resultado ser una coach impresionante que logró más de mi en nueve meses que yo en 15 años, que me ha enseñado a valorar mi tiempo libre, me ha enseñado a emocionarme con las pequeñas cosas de cada día, me ha hecho empatizar con todas las madres y niños del mundo y me ha traído unas ganas enormes de vivir cada instante de una manera única.
Mi pequeña bolita ha resultado ser una coach impresionante que logró más de mi en nueve meses que yo en 15 años, que me ha enseñado a valorar mi tiempo libre, me ha enseñado a emocionarme con las pequeñas cosas de cada día, me ha hecho empatizar con todas las madres y niños del mundo y me ha traído unas ganas enormes de vivir cada instante de una manera única.
Alguien me dijo una vez que ser madre te hacía mejor persona, en su momento lo consideré una exageración, hoy (seguro que me estas leyendo ) he de darle la razón, pues es ahora cuando tienen un valor más alto conceptos como medio ambiente, educación, solidaridad y futuro, porque lo que deseo es que mi hija crezca en un mundo mejor.
En resumen SER MADRE TE CAMBIA LA VIDA lo que nunca imaginé es que el cambio sería inigualable.
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